IKBA'AL, VENIMOS DEL AGUA

(Visiones de José Chi)

Son muchas las cosas que hay que hacer, todas prácticas, sencillas. Pero antes se requiere la fe, tener la conciencia de que, como en otros tiempos, no escuchamos el aviso de nuestras emanaciones cósmicas. La sangre nos dirá el camino, la ruta, hay que sentir cómo va cambiando la circulación de la sangre en nuestro cuerpo para seguirla sin chistar, sin cuestionar nada. Y para eso sirve el T'olkin (Talkinsún). Hay que saber en qué direcciones y a cuales dimensiones se mueve el océano en nuestro cuerpo. Seguirla es abandonarse a ella. Xquic, la señora sangre.
más
Estamos huyendo del agua, pero ella vendrá a nosotros, donde sea que estemos, tarde o temprano estaremos en ella, somos ella. Y vamos a volver al espacio [... faltan dos renglones y medio, tachados ] cada cosa aquí en la tierra es una vibración de materia sutil proveniente del espacio y del núcleo del planeta. 
Por eso ahora pueden ser interpretados los primeros cinco nombres de los días que dice así el texto sagrado: un pueblo camina. Junk'ox'ca'an-ho: este es el nombre de los cinco días primeros de la nueva cuenta por la pidieron los venidos del otro lado del mar disfrazados del Quetzalcóatl. Lo hicieron llegar así pero no esperaban tanta grandeza, por ello lo destruyeron. Aquí estaba la piedra sagrada y se la llevaron a ocultar en el corazón del mundo, donde la madre tierra la amamantaba. Se llevaron los símbolos, destruyeron las pinturas y aquí está la razón de sus maldades, ellos querían las cuentas, los instrumentos de medir, las fórmulas para contar estrellas y calcular universos. Así que no entendieron los cinco días primeros que nos dicen que un pueblo a pie (hun cah ox -sic-)al hueco en el cielo (kan ho -este acomodo es mío).

Después del nueve sigue el diez, luego viene el hundimiento y entonces se hace otra población, otro pueblo, una nueva humanidad viviendo en un mundo completamente distinto, renovado, recién limpiado de tanta maldad y olvido. por eso se dice que las cuentas están erróneas, no lo han querido leer en serio: es en el once cuando vendrá el movimiento, si permitimos que suceda.

Por eso es que le insisto en sonar los instrumentos y batir las alas de plumas, encontrar los lugares donde recibir a los dioses. Podemos salvarnos si tocamos al mismo tiempo en las cuatro esquinas y en los cuatro costados, pero tenemos que ser respetuosos con nuestros ancestros y tomarlos en serio para que nos presten su poder. Así es como será posible hacer resonar la esfera para que flote y no se tropiece en la vuelta de la elíptica. Ya sabemos en que momento será, no queda tiempo, hay que comenzar a tocar los atabales, a reunirse alrededor del fuego y hacer acopio de semillas, los que tengan tierra de preparar los surcos y marcar el terreno por si hay que caminar entre el agua para llegar a sitios más seguros.

Pero también es importante no preocuparse de nada, dejar que las cosas pasen porque lo que sea que venga, será tan rápido que ni lo vamos a sentir, sigamos vivos o no. Y eso quien sabe si pase.


Puede que sea, puede que no.
Ahdib Xqic'chi, 13 manik 8 kankuén [sic.]