LIBRO DE DON JOSÉ, Las vueltas en la cancha

"Ancle las cosas que siente a su centro –me dijo don José luego de pasar horas moviéndonos alrededor de una explanada que el pueblo usa de cancha de beisbol–, nunca a la bola de mierda emocional que se la ido quedando estancada en sus tripas, en su mente y en sus recuerdos. Todo eso es basura. Adentro de usted no debe habitar nada sino su consciencia. A eso se refiere lo que leyó en su librito que no entiende. Si lo que vive en el mundo que le están describiendo sus sentidos usted será siempre una víctima, pero el que está prisionero detrás de todo eso, la parte de usted que está recibiendo y que interpreta esas señales, es la que se tiene que liberar. 

Véalo de esta otra manera: si usted se conmueve con la injusticia, es porque usted tiene una experiencia de injusticia (le rebatí a don José, diciéndole que eso era muy relativo, sólo se rió y me dijo: sabe, usted tiene un problema con la autoridad. Cree que le estoy diciendo verdades cuando lo que le digo es que busque certezas. ¿Le pegó la palabra injusticia? dígame que es justo y qué no. Y verá que tendrá que eliminar el juicio antes de que encuentre una respuesta y ahora en lugar de escuchar prefiere rebelarse ¿contra qué? ve, nada más me rebate a lo pendejo). 

Si usted se retuerce por los actos de los demás en los que dice confiar y la duda lo arrebata, eso no tiene nada que ver con quien usted cree que lo engaña, ni con el que en verdad debería estar al mando ahí adentro –señalando mi cabeza con su índice–, sino con la experiencia que lo ha hecho percibir siempre en una misma banda de frecuencia. Así que, por ejemplo, cuando se sienta engañado, no piense en que lo engañan, encuentre dentro de usted cuándo lo engañaron en otra situación similar y trate de ver cómo se creó en usted la idea de que todo es un engaño o de que siempre alguien lo engaña, busque más bien de qué manera le construyeron el engaño que sufre y porqué fue tan pendejo de creer en algo que después no fue como usted quiso que fuera. Cuando lo logre, se dará cuenta de que el engaño no viene de afuera sino que usted mismo se lo pone en la cabeza y seguro también que lo engañaron desde que era bastante niño, a lo mejor le decían siempre que lo amaban pero lo tenían abandonado, a lo mejor lo abandonaron con la promesa de que volverían por usted, a lo mejores hay muchos, tendría que hacer su trabajo para encontrar su engaño personal y liberarse. Algunos se engañan por el gusto de sufrir, otros, como usted, porque se apendejan. 
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No es difícil ver lo que uno quiera ahí adentro, lo que está cabrón, mi amigo, es cambiar las conexiones, tiene que volver a conectar todo el desmadre que le han dejado ahí adentro los que lo construyeron, desde su papá, su mamá y sus abuelos, pasando por todos esos maestros en los que creyó y luego se dio cuenta de que eran más pendejos que usted. Nadie podría engañarlo si usted no esperase algo que ya está construido en su cabeza, porque si no esperase nada, lo que reciba sería solo eso que le dan y no lo que usted espera y eso haría que lo recibido sea un regalo de poder y no una daga en su corazón, una mordida en la verga, un palo en el aniceto o unas ganas terribles de correr a refugiarse entre los brazos de una madre que nunca tuvo, o buscar la protección de un padre que nunca tuvo... sí ya sé que usted era muy querido, pero entienda lo que le estoy diciendo, los padres y las madres no existen, solo son el sentimiento de sentirse seguro. Y tal vez a usted, por bien querido, lo deben de haber sangoloteado demasiado y por eso es también que se marea con cualquier cosita.  

Si logra desengañarse sin volverse un ser amargado, sin usar su ira para tratar de vengarse de los que usted cree que le han dañado -por pendejo, que quede claro- entonces estará listo para percibir de otra manera, a esos logros se les dice encontrar el "ikba'al", su piedra de mirar, y a eso se refiere también el mirar en la oscuridad, no tiene nada que ver con esos mitotes de ir a esperar revelaciones en el centro de una cueva o arriba de una pirámide donde lo único que hay es moho, es en la oscuridad interior donde están las respuestas. Pero para encontrar su centro y agarrar su "Ikba'al", también tiene que dejar de buscar la manera de andar tratando de ir de una conexión a otra, porque lo engañaron aquí, se va para allá –iba haciendo movimientos como de bailar una jarana ridícula– y lo engañaron allá y se va más para allá y luego para acá, jajajajaja, disculpe, me río de mí, no de usted, en busca de una verdad que no lo es y por eso siempre lo van a engañar, hasta que entienda. Usted repite las mismas burradas por una sola razón: no se enfrenta a lo que vive como si fuera la primera vez y sin esperar nada, sino llega con todo eso que le digo que ya trae atorado entre su cabeza y los güevos. 
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Hablamos más del tema y volvió a decirme que en lugar de jugar el juego de don Juan y Castaneda, mejor entendiera lo que me estaba diciendo. Le había comentado que, como me autorizó, estaba escribiendo nuestras charlas y que me habían criticado de que solo parafraseaba algo que ya se había hecho. Don José se reía. Me dijo: ¿Y de cuándo a acá le tendría que importar lo que piensen los demás? por eso le dije que haga lo que quiera y que diga lo que quiera de lo que hablamos, a mí me tiene sin cuidado, solo no me traiga a nadie ni quiera que me tome fotos con usted para que vaya a decir cosas que no son. Los relatos de poder no son exclusividad de nadie, se cuentan desde tiempos inmemorables y hasta ahora usted solo escribe cuentos chinos (y se rió estruendosa e ingenuamente, como cuando le sale un chiste a costa mía), mejor que crean que solo soy un invento en su cabeza. 

Mire, ya deje de chillar y deje a un lado también esas chingaderas de que usted entiende, ¿cómo es eso de que entiende si no comprende nada?, de que todo tiene su razón de ser, esa idiotez del karma y que si lo bueno o lo malo... esas cosas son puras pendejadas para idiotas, hágase cargo de que lo que le pase sea lo que usted decida, no lo que un pinchi dios que no existe le está pidiendo, porque ese dios se lo construyeron –y no me vaya a usted a salir con la mamada de que cree en Hunabku, porque entonces sí le doy un coscorrón–, o que le sigue la corriente a una deidad que nada más le está distrayendo de su camino. Esos son reflejos de sus propios pensamientos y su falta de autoridad en su ser. 

La única razón de ser de las cosas las pone usted. De otra manera, métaselo en la cabeza, si es que tiene espacio entre tanta tá [-sic. tá es mierda en maya] siempre lo van a engañar, siempre va usted a ser débil, siempre será quebradizo y no alcanzará ningún merecimiento para tener visión, mucho menos podría usted decirse a sí mismo que es un buscador, porque solo será un pinche burro corriendo tras una zanahoria, amarrado en un molino. 

¿que de donde creo que le viene todo eso? oiga, o no entendió que nadie le puede decir lo que solo usted sabe o de plano no es un pendejo sino un imbécil. ¿quiere que le diga qué creo? Yo creo que eso es lo que le construyó su abuela, mucha debilidad, mucho sentimiento de vergüenza y una terrible y jodida creencia de que es usted un ser que necesita ser cobijado y protegido como un bebé pedorro y chillón. Y sí, perdóneme que le hable así, pero se lo dije, no toque esos temas que luego no va a querer que le diga y si ya me hizo hablar, ahora aguante vara y siga caminando que todavía nos faltan varias vueltas más."