¿EL REGRESO DE QUETZALCÓATL?

Esto que les comparto, lo escribí hace ya mucho tiempo y me lo dijo don Bernardino, un sabio señor maya quiché que conocí en los años noventa, en Campeche (y que algunas y algunos de mis amigos que me leen conocen o conocieron también como un gestor y promotor cultural de su pueblo). El me dio algunas importantes enseñanzas relacionadas con el Popol Wuj y con el camino del Conocimiento, me abrió los ojos ante cosas que yo, románticamente creía que eran “buenas” y que llevaban por una senda de conocimiento. Sin embargo, no era así, como él me mostró y me pidió que viera a mi alrededor, en mi vida y que viera cómo lo que estaba haciendo afectaba negativamente en todo mi entorno. Cada vez que lo veía hablábamos de algo que él consideraba importante en relación con mi insistencia en usar el Popol Wuj como un libro para encontrar conocimiento y como un libro de verdades y en seguir a un grupo de gente que hacía cosas en las zonas arqueológicas, en cuevas y cenotes de todo Yucatán y a quienes acompañé bastante más de tres veces. 

En una ocasión, hace poco más de veinte años, llegué con él muy orgulloso de haber estado en varias ceremonias que muchos brujos están haciendo desde entonces disque para propiciar el retorno de Quetzalcóatl. En ese entonces estaba yo muy perdido en la confusión y la oscuridad y mi falta de entendimiento me había hecho caer en cosas que no entendía pero que yo creía que estaban bien. Después, con el tiempo, reflexionando lo que él me dijo, entendí que actué equivocadamente frente a cosas que no conocía y había confiado en gente que me usó para cosas que nada tenían que ver con esa romántica idea de que el retorno de Quetzalcóatl depende de la intención del ser humano ante una época de adversidad y penumbras. 

Le conté mis viajes por varias zonas arqueológicas, cenotes y cuevas en las que había estado con gente que venía de varios lugares a realizar esas ceremonias. Me había tocado hacer cosas que no vienen al caso contar y según yo, era parte de algo importante. Don Bernardino siempre sonreía y era muy calmado y comedido para decirme las cosas, pero era implacable. Esto que sigue es la nota que escribí cuando regresé de verlo, en diciembre de 1997, un mes antes de dejar Campeche, solo, destruido internamente, confundido y perdido en una tiniebla de la que tardé en salir y me hizo no volver a mi tierra en diez años. Está editado porque escribí al volver de verlo en Quetzal-Edzná y de memoria, en ese entonces trabajaba mucho de memoria así que casi es transcripción. A don Bernardino lo conocen algunos de mis lectores, no crean que les invento un personaje o que les cuento un relato de poder. Esto fue verdad.

“Lo que le llaman el Quetzalcoatl, para nosotros los que recibimos la carga del saber de nuestra gente, es una vuelta muy larga de calendario. Esas ceremonias a las que usted va, son de gente que no está queriendo despertar al quetzalcoatl o pedir su regreso. Quien tiene entendimiento sabe que eso no es algo que decidamos los seres humanos. Ellos quieren abrir portales que no deben ser abiertos por la voluntad del hombre, porque lo que pasa a través de esas puertas nunca es bueno porque es por el prodigio de la voluntad de gente que quiere esas cosas para sus propios fines. Aceptan a personas como usted y las usan porque necesitan la energía que usted y otras tienen para que esas cosas funcionen. Nada más le voy a preguntar, así como para que le piense un poco ¿usted cree que una fuerza como esa que es lo que le llaman el Quetzalcoatl puede ser manipulada por la voluntad del hombre? ¿usted cree que a una fuerza de esa naturaleza se le puede tratar como a un viento, como a un ente de esos que utilizan para los trabajos de brujería? verá que no. Por eso cuando usted camina por las ciudades antiguas recorriendo en direcciones, yendo de templo a templo, parándose en ciertas direcciones y llevando agua, piedras y cosas que fueron desenterradas de viejas tumbas, no está haciendo bien, está usted sirviendo a cosas que no son para nada relacionadas con el verdadero saber. Mire, vea cómo casi todos esos que dirigen, son hombres, no hay mujeres entre ellos, salvo esas señoritas que, como usted, van a cosas que ni saben. Ya sabe que no me gusta hablar del Libro, pero quisiera que usted vea el principio, se dará cuenta de que todas las divinidades que crean y construyen vienen en pares y que no se habla de las tinieblas sino de la oscuridad. Vea usted: Tzacol-Bitol, Alom–Kajolom. Hunajpú vuch–Hunajpú Utiu, Zacqinimá ziiz–Zacqinim ha(sic). Xpiyacoc–Xmucamé (siempre dijo camé al final en lugar de cané, como está en las traducciones) Tepeu-Gucumatz y en las ceremonias van todos, va el pueblo, no se hace así en secreto. Como ve, no son uno, son varios y vienen en pares, y las mujeres son la fuente, no son usadas nada más, son las que crean todo, las que saben y las que dan los alimentos sagrados, las que conjuran y las que dictan las leyes. Pero eso fue lo que cambió con los que usurparon ese conocimiento que ahora tienen pervertido los que dicen que quieren traer al Quetzalcoatl con sus artes mágicas, que son malas artes. 

Por eso le digo que tenga usted cuidado. Se lo dije cuando me trajo las velas de colores [nota de ahora: le había llevado velas de colores la primera vez que lo visité en Quetzal-Edzná], que yo no trabajo con eso. Y ahora le quiero dar este consejo de que tenga cuidado en qué se mete y con quién hace esas cosas. Si usted quiere aprender y saber, mejor vaya, ya le dije, a donde está la gente de bien, aprenda de las cuentas, aprenda a curar, aprenda bien eso de soñar y ver en el fuego, no así como lo ha hecho guiado por ellos [Otra nota de ahora: le había contado de algunas "técnicas" que me enseñaron para mirar en las brasas]. Estas personas con las que usted anda, no quieren nada bueno para nadie. Y me preocupa usted porque ya me contó de su casa y no está bien en su casa, con su esposa y su familia, ya sé de su trabajo y no está bien en su trabajo, con sus jefes y con lo que hace, vea usted la cara que trae [otra nota de ahora: mis amigos de esa época, mediados de los noventa, se acordarán cómo estaba yo de endemoniado, de iracundo, de desequilibrado]. todo eso es porque lo que usted hace se tiene que pagar y para lo que sirve, créalo, es para cosas que dañan a la gente. El poder no es para eso, cuando ellos invocan al viento y cuando ellos les piden a esas señoritas hacer lo que hacen, las están sacrificando, porque el Quetzalcoatl no va a venir porque lo invoquen, es un ciclo y tiene su tiempo. Lo único que aquí se puede hacer, y para eso sirve el entendimiento, es prepararse, vivir en paz con su cabeza y su corazón, también ya le dije que si quiere aprender, mejor aprenda de las plantas, venga más seguido a verme, pero no ande regalando su alma a esa gente que no le importa ni usted ni esas otras personas que van de buena voluntad y que nada más sirven para las brujerías de esos señores. 

Por favor, piense bien esto que le digo, pregúntese, ¿usted cree que el humano puede controlar por su voluntad a una fuerza creadora como la que representa el Quetzalcoatl? no, en lo que le he platicado de cómo se pueden manipular las fuerzas de la naturaleza está también esto que hacen esas gentes. Quieren despertar vientos, quieren usar a la gente para sus fines. Por eso usted sueña esas cosas y cree que está conectado y todo lo que le enseñan viene de ellos, aunque le hagan creer que se le están dando regalos. Observe bien lo que sueña y verá que no hay manera de que usted sea libre, de que realmente le den cosas que le sirvan, porque no es lo que quieren. Esas personas son gente que sabe cómo manipular y eso harán, engañarán porque es su naturaleza. Mire usted, esos son los que están mencionados en el Chilam Balam, son los de doble cara, los falsos de corazón. 

Tenga cuidado con lo que hace y con lo que dice, porque terminará pagando con su vida [otra nota: decía que te quitaba todo y quedabas vacío, sin nada, sin emociones, sin sentimientos, drenado de energía vital], y no vale la pena que la soberbia lo lleve a la perdición, usted tiene muchas cosas que puede dar a los demás y a usted mismo, pero tiene que aprender, tiene que ver bien antes de andar haciendo lo que le dicen, porque se está entregando con mucha facilidad a eso creyendo que hace bien. Yo no lo puedo sacar de ahí, pero sí le voy a pedir que no me cuente esas cosas porque me da tristeza ver cómo se consume en eso. ¿Sabe cómo lo están agarrando? le hacen creer que tiene una misión y que usted es parte de un gran trabajo de los toltecas ¿a poco no a visto ahí joyas y objetos que son muy antiguos? esos los sacan de las tumbas, profanan los lugares sagrados para poder usar esos instrumentos en sus trabajos, porque trabajan con muertos. Trate de recordar a esas señoritas, ¿verdad que no hay ninguna que sea de por aquí? ¿no se pregunta usted porqué utilizan a gente de fuera? todas ellas se creen que son doncellas al servicio de unos dioses que ni conocen. 

No me tome a mal por lo que le digo, pero dése tiempo de pensar un poco en lo que hace, si usted quiere ser un tolteca, tiene que apegarse a una forma de vida que lo lleve por el camino del saber y de la luz, la oscuridad es un momento nada más en el que se recibe la luz, pero no el sitio en el que se vive. Si usted quiere en verdad construir eso que se le dice la gema, tiene que apegarse a que sus palabras sean sus actos y no que anden unas por un lado y usted por otro. Está usted a tiempo, nada más no ande haciendo esos rezos que le enseñan ni lleve las semillas que le dan ni ponga nada en su casa ni acepte nada, no coma con ellos. Le va a costar trabajo porque ya lo tienen atrapado, pero si me escucha, que dios quiera que sí, porque le tengo aprecio, verá que no le digo esto de maldad, ni para asustarlo. Pero tiene que creer que le digo esto porque yo sé, porque yo vengo también de donde ellos vienen y nací en tierra sagrada y me enseñaron de sangre, y esos con los que usted anda no son buenos seres, son los que han echado a perder el camino de muchas personas. Los va a reconocer siempre porque solo pueden tomar de los demás pero no dan nada a cambio, por eso van solos, porque terminan destruyendo todo lo que tocan. Usted no es de esa clase de seres, hágase un favor y vaya a su casa con su familia, piense en lo que le digo. Ya sabe que yo aquí voy a estar para ayudarlo, porque usted tiene un camino que seguir, pero no es ése, yo se lo digo de todo corazón, no nada más porque lo estimo sino porque usted sí puede ser un tolteca, pero eso nada tiene que ver con despertar fuerzas que están queriendo traer voluntades torcidas, ni con portales que traerán cosas muy malas para la gente pero que a ellos les darán mucho poder, aquí y en esos mundos que a usted ya le están enseñando. Estudie, por favor estudie y vea cómo fue que ese conocimiento que le están mostrando fue el que destruyó todo lo que alguna vez fue grande, aquí en su tierra, en la mía y todo el país y nada más sirvió para que la gente viva en la tiniebla, en la penumbra, como muertos que caminan sin pensar, sin sentir…”

…Desde que don Bernardino me dijo eso y que escribí regresando de verlo, he estado recorriendo varios caminos en busca de mi camino interior y he conocido a mucha gente que me ha enseñado cosas y que me siguió ayudando a salir de mi soberbia y mi tiniebla, en la que todavía me empantano; esa plática y otras más que tuve con don Bernardino me enseñaron que a veces hay que cuestionar lo que uno cree que es la verdad porque, como me dijo y, para mí, es cierto, el engaño es a veces un arte tan fino que el ego nos hace creer que nadie puede engañarnos a nosotros y terminamos siendo víctimas de cosas muy nefastas que nos quitan lo que es bueno. Y ese es el arte de los brujos negros que hasta ahora siguen haciendo su trabajo para engañar, usando el conocimiento que se ha pervertido desde tiempos inmemorables. 

Y todo esto, y el texto que les comparto, me vino hace un par de días a los recuerdos por algo que escuché y con lo que reafirmé aquello que también me enseñaron después y que es que hasta prender una vela con un decreto de buena voluntad o en nombre del amor, puede ser un terrible acto de brujería porque nuestra mente nunca será capaz de saber realmente qué necesita cualquier ser sintiente que habita este o cualquier plano y nuestro deseo es una perversión del saber y de la voluntad divina y nunca podrá nuestra voluntad suplir la voluntad del universo y nuestra mente, por obra de nuestra voluntad puede convertirse en una fuente de destrucción y desarmonía pretendiendo cambiar o modificar cosas que no nos corresponden. 


Y tal vez por eso el vivir en el aquí y el ahora es la única manera de estar en verdad conectados con el saber, el conocimiento y el poder. Lo demás, como también me dijo don Bernardino y casi todos los sabios maestros que me he encontrado, se trata de comer bien, dormir bien, ejercitarse y buscar la manera de estar en contacto con la naturaleza. Y claro, si tienes la posibilidad de encontrar tu pareja, pues todo será al doble y por eso dicen que entonces sientes con dos corazones, y eso le llaman Yolcuatl: tocas con cuatro manos, miras con cuatro ojos, escuchas con cuatro oídos y tus sentidos se duplican, todo eso por el simple hecho de aceptar que vamos en pares y que el lado activo y creativo del universo, acepta la polaridad y aunque va de un lado a otro, el tejido es de dos colores, dicen que rojo y azul, algunos que rojo y negro, pero todos le llaman igual: Atl Tlachinolli, Agua quemada, y con esa experiencia es que también es posible disolver las apariencias y sentir y vivir la inmensidad y la totalidad, recorrer el lugar del conocimiento y del poder y, ya en ese punto del viaje en el que reconocemos que nuestra soledad infinita también es aparente, es que puedes decir “tus manos, mis manos” y te reconoces en el alma de otro ser y eso es una maravilla que te hace sentir Tolteca y eso es un gran regalo de poder.